Mandodari aconseja a su esposo Ravana:
[...] "Escucha mis palabras sin enfadarte, amado mío: sólo se debe entrar en hostilidad con aquél al que se puede conquistar por ingenio o fuerza física.
Las diferencias entre el Señor de los Raghus y tú, son en cualquier caso análogas a las que existen entre la luciérnaga y el Sol.
Él es quien dispone de los Madhu y Kaitabha más poderosos y quien acabó con los más valientes de los hijos de Diti, Hiranyakashipu y Hiranyaksha, y no sólo eso, sino que es también quien sentenció a Vali y expulsó al Rey Sahasrabahu, así llamado por poseer 1.000 brazos.
Es aquel que bajó a la tierra para aliviarla de su aflicción. Mi señor, no deberías oponerte a Aquél que es el Dueño del Tiempo, el destino y el alma. [...]
Las diferencias entre el Señor de los Raghus y tú, son en cualquier caso análogas a las que existen entre la luciérnaga y el Sol.
Él es quien dispone de los Madhu y Kaitabha más poderosos y quien acabó con los más valientes de los hijos de Diti, Hiranyakashipu y Hiranyaksha, y no sólo eso, sino que es también quien sentenció a Vali y expulsó al Rey Sahasrabahu, así llamado por poseer 1.000 brazos.
Es aquel que bajó a la tierra para aliviarla de su aflicción. Mi señor, no deberías oponerte a Aquél que es el Dueño del Tiempo, el destino y el alma. [...]